Más de la mitad de los perros de la Policía Municipal de Bilbao han muerto de cáncer
El Sindicato Vasco de Policía relaciona las muertes con unas antenas de telefonía móvil, entre otros agentes ambientales nocivos
Gessamí Forner - Bilbao
Diez pastores alemanes y un rottweiler, Paul, Zortzi, Boss, Nikor, Back, Braco, Eric, Thor, Harry, Rocky y Heyko, han muerto desde 2001 por cáncer y otras afecciones ligadas a procesos derivados posiblemente por agentes contaminantes ambientales en las dependencias de la Policía Municipal de Bilbao ubicadas en el monte Kobetas. Representan el 55% de la unidad canina, que se encuentra rodeada por tres potentes antenas de telefonía móvil, una torreta de electricidad de alta tensión de Iberdrola, la incineradora de Zabalgarbi, una cementera, una fundición y, quizá, lindane enterrado en las faldas del monte.
El Sindicato Vasco de Policía, a través de su portavoz, Iñaki Garrido, ha mostrado su «preocupación» ante el fallecimiento masivo de los perros por cáncer. Sobre la incidencia de las condiciones tóxicas ambientales en los humanos, prefiere declinar la respuesta antes de crear un «ambiente de alarma» entre sus compañeros que prestan servicio habitualmente en la caseta de vigilancia y las oficinas de Kobetas, donde se ubica también el vestuario de los policías municipales. No obstante, en el caso de los perros relacionan directamente sus muertes y los tumores con las antenas de telefonía móvil y las dioxinas, polvo de cemento y demás partículas.
El último pastor alemán fallecido, Heyko, fue sacrificado a raíz de una metástasis derivada de un proceso tumoral en el hígado. No se trataba de un perro viejo, sino relativamente joven, como el resto de la remesa de 20 canes que llegó a la unidad canina en 2001, perros jóvenes ya amaestrados de entre uno y cuatro años de edad. Se da la casualidad que uno de los focos de sospecha del Sindicato Vasco de Policía, las tres antenas de telefonía móvil ubicadas en la torreta de alta tensión, a cuatro escasos metros de las dependencias policiales, han desaparecido «misteriosamente» en los tres últimos meses, presuntamente como consecuencia de las quejas administrativas interpuestas por el sindicato.
La primera antena la desmontaron en noviembre, después de que tramitaran un escrito al Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento; las otras dos fueron desarmadas antes del 20 de enero, día en el que varios técnicos del Instituto Vasco de Salud Laboral-Osalan se personaron en Kobetas para efectuar las mediciones correspondientes de las ondas emitidas por las antenas de telefonía móvil. Como era de esperar, los niveles se ajustaron a los máximos permitidos por la ley después de que el objeto a medir fuera desmontado días antes «rápidamente» por operarios que se presentaron en tres vehículos Land Rover.
El veterinario no opina
El veterinario que ha sacrificado a los once perros no ha querido ahondar en el asunto, asegurando que este tema «se le escapa de las manos», según Iñaki Garrido. Por su parte, los agentes que cuidan de los perros, alarmados por la tasa de mortalidad, trasladaron su preocupación al sindicato, que ha elaborado un estudio de 50 páginas que a su vez ha remitido al Área de Seguridad Ciudadana y Medio Ambiente del consistorio bilbaino.
A consecuencia de las bajas en la unidad canina desde 2001, la Policía Municipal recibió a principios de 2006 una segunda partida de 16 perros, en su mayoría pastores alemanes.
«Lo que queremos es que nos demuestren que todo está bien»
No reclaman el cierre de las dependencias policiales del monte Kobetas ni tampoco su traslado.
Simplemente quieren que alguien les demuestren «que todo está bien». El portavoz del Sindicato Vasco de Policía, Iñaki Garrido, solicita a las instituciones responsables de todos los elementos susceptibles de provocar problemas de salud en la unidad canina, como los ayuntamientos de Bilbao y Barakaldo y el Ministerio de Medio Ambiente, que se pronuncien para tranquilizarles. «Si todo está bien, que nos lo digan, ¿no?».
También reclaman a las operadoras de telefonía móvil que no vuelvan a instalar las tres antenas que «misteriosamente» desmontaron el pasado mes de enero de la torreta de Iberdrola situada en el monte Kobetas.
Según una veterinaria consultada por este periódico, Joana de La Fuente, los pastores alemanes fallecen alrededor de los 15 años, si no presentan problemas de salud. El cáncer no es la causa más habitual de muerte, sino una de tantas donde priman, al igual que en los humanos, las enfermedades cardiovasculares.
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