29 abril 2016

Olle Johansson despeja las dudas sobre los efectos sobre la salud de las radiaciones electromagnéticas


El doctor Johansson es una de las máximas autoridades en el mundo en cuanto a conocimientos de los efectos de los campos electromagnéticos en la salud. Comenzó a investigar sobre ello hace más de 30 años, y desde entonces ha publicado cientos de artículos científicos.

Forma parte de un grupo de científicos independientes de todo el mundo que llevan años alertándonos de los graves riesgos que suponen para la salud de todos los seres vivos los brutales niveles de radiación a los que nos someten las nuevas tecnologías inalámbricas de microondas procedentes de antenas de telefonía, wi-fi, teléfonos móviles, etc.

Para el profesor Johansson hace ya diez o quince años que la industria relacionada con este asunto, los operadores, las compañías de seguros, dijeron «NO», «no vamos a asumir ninguna responsabilidad por los efectos en la salud de los campos electromagnéticos». Y esto es más revelador que cualquier decisión política, o cualquier cosa que se pueda encontrar investigando.

El profesor Johansson estuvo en una reunión en 2004 en Londres, y entonces, representantes, por ejemplo, de Lloyds UK, y Reinsurance, que es una gran compañía en Suiza, y representantes de Ericsson, el gran fabricante de telecomunicaciones, Nokia, y otra gente de otros grupos, dijeron que para ellos la cuestión no era si había efectos sobre la salud o no. La cuestión era solamente saber quién iba a pagar por esto en el futuro, y que ellos no pagarían por ello. Ese fue el mensaje. Puede sonar duro, o en cierto modo ilegal, pero esto fue así.

Todos ellos han delegado toda la responsabilidad en la sociedad, en los gobiernos y en los parlamentos.

Por su parte, las autoridades de protección de radiaciones en muchos países dicen que todo esto es seguro, pero que, por iguales razones de seguridad, quizás no deberíamos usar tanto el teléfono móvil, y deberíamos mantenerlo alejado de nuestro cuerpo, usar aparatos manos libres, etc.

También la Organización Mundial de la Salud ha clasificado como cancerígenos los campos electromagnéticos de todos estos aparatos. Ambos, los campos magnéticos de frecuencia de red eléctrica, y también los campos de radio frecuencia, incluyendo las microondas que se utilizan para las telecomunicaciones. Y no habrían hecho eso si fuesen seguros. Según la información que maneja el profesor Johansson, esto se debe al hecho de que no quieren acabar como Organismo responsable ante un Tribunal de Justicia.

Así que dicen “esto puede ser potencialmente cancerígeno”, y dejan al consumidor que decida si debe exponerse él y su familia, o no. Y para el doctor Johansson, como científico, esto es muy extraño.

En Suecia, por ejemplo los padres son obligados a llevar a sus hijos a escuelas con redes inalámbricas, y son expuestos a algo que la Organización Mundial de la Salud en Ginebra ha clasificado como cancerígeno, y aun así los padres tienen que enviar a sus hijos allí.

Desde hace 30-35 años ya había mucha evidencia apuntando que este tipo de campos electromagnéticos artificiales, modernos, creados por el hombre, sí que dañaban moléculas, células, tejidos, órganos, animales, plantas, bacterias, etc. Y desde entonces ha habido una avalancha desbordante de nuevas publicaciones. Pero lo que le preocupa al Doctor Johansson es que, a pesar de todo esto, la gente no esté preocupada.

Fuente: AVAATE