El Consorcio de la Energía Inalámbrica confirmó la pasada semana que el estándar Qi para cargas eléctricas inalámbricas estaba ya finalizado. Compuesto de tres documentos que establecen la interfaz, el rendimiento y los requisitos de cumplimiento, el nuevo dictamen ha fijado el reto nada despreciable de hacer universal la carga inalámbrica, de manera que cualquier dispositivo aprobado con Qi será compatible con las estaciones de carga inalámbrica basadas en Qi.
Esta especificación primero se limita a dispositivos que no requieren más de 5 W, aunque ya están trabajando para adaptarlo a ordenadores portátiles y similares. Sólo esperamos que la impresionante lista de compañías que apoyan al Consorcio de la Energía Inalámbrica y la adopción de Qi se lleven bien y empecemos a verlo en nuestra realidad más pronto que tarde.
La norma Qi de baja potencia, que frece hasta 5 vatios de energía inalámbrica en los receptores, ya ha finalizado su estandarización.
Por lo que los dispositivos de los distintos fabricantes serán compatibles.
Las especificaciones de bajo consumo Qi consta de 3 documentos:
Parte 1, definición de interfaz. Este documento define la interfaz para la transferencia de potencia sin contacto entre un transmisor y un receptor de energía, sobre la base de campo cerca de la inducción magnética entre las bobinas.
Parte 2, Requisitos de Desempeño. Este documento define los requisitos de rendimiento para transmisiones de potencia y receptores de energía.
Parte 3, la prueba de conformidad. El presente documento define el procedimiento de prueba de cumplimiento para los transmisores y receptores de alimentación de energía.
Después de la carga inalámbrica vendrá la alimentación de dispositivos, como pueden ser bombillas de bajo consumo, equipos de sonido, consolas etc.
Lo que nunca nos avisarán es de que todo esto aumenta ya la enorme contaminación electromagnética que ya hay en los hogares con el Wi-Fi, teléfonos DECT, teléfonos móviles y la radiación que nos entra desde las antenas exteriores WI-Max y telefonía móvil.
No hace falta ser muy listo para poder prever un rápido aumento de personas electrosensibles por la exposición continuada al los campos electromagnéticos provocados por estas tecnologías inalámbricas.