Potenciales alteraciones provocadas por los sistemas de transporte y distribución de energía eléctrica Introducción: Los hechos ocurridos durante el pasado año, en las localidades de Ezeiza y Rafael Castillo (Conurbano Bonaerense - Argentina), en relación al tendido de redes de alta tensión han agudizado el interés por conocer cuales son los efectos reales que producen los campos eléctricos y magnéticos emitidos por dichas redes sobre la salud de los residentes en las proximidades de las líneas. Ésta y otras cuestiones intentaremos dilucidarlas en el presente informe.
CAMPOS ELÉCTRICOS Y MAGNÉTICOS: Todo cuerpo por el cual circula una corriente eléctrica genera en sus proximidades campos eléctricos y magnéticos, dependiendo la fuerza del campo, de la intensidad y la diferencia de potencial de la corriente. La potencia del campo eléctrico se mide en voltios por metro, y la del campo magnético (densidad del flujo magnético) se registra en Teslas . Estrictamente hablando, no hay campos "electromagnéticos", sino, en cambio, existe un efecto de fuerza electromagnética que es la suma de fuerzas de los campos eléctricos y magnéticos. Los efectos físicos de esas fuerzas electromagnéticas son principalmente la ionización de la atmósfera y la atracción de radón en su área de influencia. Cabe destacar que se considera una corriente de alta tensión a aquella que supera los 132Kv En nuestro país las líneas de alta tensión son de 500Km, 220Kv y 132Kv y las de media tensión son de 33Kv y 13,5Kv. En Canadá o EE.UU. se trabaja hasta 765Kv.
EXPOSICIÓN A CAMPOS ELÉCTRICOS Y MAGNÉTICOS: La exposición a campos magnéticos y eléctricos se produce en la sociedad toda: en el hogar, en el trabajo, en las escuelas y en los medios de transporte accionados por fuerza eléctrica. En cualquier lugar donde haya cables y motores eléctricos, y equipos electrónicos, se crean campos eléctricos y magnéticos, los cuales inducen corriente en el cuerpo. Para una persona parada bajo una línea motriz de 50 a 60 Hz, la corriente que se induce en su cuerpo a causa del campo magnético es mucho menor que la que se le induce por el campo eléctrico. Además, la corriente inducida en el cuerpo por los campos magnéticos es considerablemente mas débil que la que tiene lugar en el cuerpo en conexión con la actividad normal del corazón y del cerebro (es decir, 10 mA/m2 y 1 mA/m2 respectivamente). Si la casa donde uno vive está bajo una línea de alta tensión o cerca de ella, se expone tanto al campo magnético como al eléctrico. Las paredes exteriores del edificio separan del campo eléctrico, y por lo tanto no existe exposición interior al campo externo. Un campo magnético no puede ser evitado y debido a su amplia dispersión (a varios cientos de metros desde la línea motriz), el nivel del campo magnético permanece siendo más o menos el mismo sin importar el lugar de la casa donde se esté. Sin embargo, un estudio realizado por Dennis Henshaw, investigador de la Universidad de Bristol, publicado en el Internacional Journal of Radiación Biólogic afirma que las fuerzas electromagnéticas liberan el radón existente en las paredes de los edificios, elemento que es asimilado por el organismo con serio riesgo para aquellas personas con cánceres no desencadenados. Los campos electromagnéticos configuran distintos estados de riesgo para los organismos vivos, ya que nadie, todavía demostró su inocuidad. A similares conclusiones, arriba, un trabajo de la Cátedra de Biología Evolutiva de la Universidad de Córdoba. En 1994, un estudio de la Universidad de Canadá, encontró una pequeña asociación de los campos con la leucemia, pero ningún vínculo con el cáncer de cerebro.
INFLUENCIA DE LOS CAMPOS MAGNÉTICOS Y ELÉCTRICOS EN LA SALUD HUMANA:
A nivel mundial existen numerosos estudios, desde la década del 70 a la fecha sobre los efectos de los campos electromagnéticos. Los estudios epidemiológicos sobre la leucemia infantil y la exposición residencial a las líneas de alta tensión parecen indicar un aumento de los riesgos y se ha informado de peligros excesivos de leucemia y tumor cerebral. Los resultados de los estudios sobre reproducción, incluyen consecuencias negativas en el embarazo, desórdenes neuroconductores y una discreta modificación de la fórmula sanguínea. De los posibles riesgos de cáncer que se discuten hoy día, las leucemias en niños que viven cerca de las líneas de distribución eléctrica son los mejor documentados. Ya en 1979, Nancy Wertheimer y Ed Leeper (Universidad de Colorado), estudiando casos de leucemia infantil en Denver, descubre una relación entre los casos observados y la proximidad a líneas de alta tensión o de los grandes transformadores (primer estudio epidemiológico sobre el tema). En 1987, Savitz (Universidad de Carolina del Norte), quien durante siete años realiza estudios de casos de cáncer en menores de 15 años teniendo en cuenta los campos electromagnéticos producidos por electrodomésticos, publica sus resultados: los menores expuestos a campos elevados corren de 1,3 a 1,6 mas riesgos de contraer cáncer que los no expuestos; y en el caso de la leucemia, los riesgos se duplican. Sin embargo, no se han encontrado, todavía vínculo alguno entre el mayor riesgo y los campos eléctricos medidos. Estudios recientes referidos a casos de Suecia y Dinamarca (1992 / 93) con técnicas mejoradas para la evaluación de las exposiciones han confirmado (en una perspectiva integral) la evidencia de un posible riesgo de cáncer debido a exposición residencial. El estudio sueco encontró un doble riesgo para la leucemia infantil por encima de un nivel histórico calculado de 0,2uT. Se ha calculado que cada año en Suecia hay dos casos de leucemia infantil por estar bajo líneas de fuerza motriz o en su proximidad en un radio de hasta 300 metros (los resultados no fueron publicados en forma completa). La exposición ocupacional a campos magnéticos es generalmente más alta que la exposición residencial, y los cálculos de riesgo de leucemia y de tumores cerebrales también dan valores superiores para trabajadores expuestos que para niños que viven próximos a las líneas de fuerza motriz. El Departamento de Energía de Orlando, EE.UU., comprobó (en 1992) el efecto sinérgico entre ruido, contaminantes químicos y radiación electromagnética con serias consecuencias en los primeros estadios de la gestación. Según estudios realizados en Finlandia, se verificó que aumentaba la incidencia de pérdidas tempranas de embarazo entre mujeres que estaban expuestas a campos magnéticos de 50 Hz en sus hogares. Existen estudios tendientes a relacionar la génesis de las leucemias con la exposición a radiaciones, así, el Dr. H. von Melchner afirma que: experimentos en animales no dejan dudas acerca del efecto leucemogeno de los rayos ionizantes..." y agrega además que "... la correlación humano-patológica de tal tipo de transformación se encuentra en la frecuente incidencia de leucemia, altamente significativa desde el punto de vista estadístico, en niños de madres que estuvieron expuestas durante el embarazo a radiaciones ionizantes". Se sabe que los rayos ionizantes inhiben la producción de melatonina, que es el principal asimilador de hidróxilo radical (-H) libre, ión que daña el ADN. Entonces si se suprime la melatonina el ADN queda más vulnerable al ataque oxidante. produciéndose una mayor incidencia de cáncer en cualquier tejido. Gracias a la energía nuclear y otros simpáticos ingenios descubiertos por el hombre, hoy son bien conocidos los efectos provocados por las radiaciones ionizantes. Las no ionizantes (infrarrojo, microondas, teléfono celular, aspiradoras, abridores de latas, emisoras y retrasmisoras radiales, etc), en cambio se encuentran todavía en el campo de la discusión, en la que algunos anuncian riesgosos efectos en el ser humano, y otros lo contradicen. En la actualidad no se pueden realizar trabajos en la Argentina de este tipo por inconvenientes presupuestarios; pero personal idóneo, no falta. La Dirección Nacional de Calidad Ambiental dependiente de la Secretaría de Salud, realizó en 1988 un estudio sobre "radiación electromagnética no ionizante". Se establecen ciertas normas, tiempo de exposición y características de las mismas; con gráficos estadísticas y normativa internacional sobre el tema. Este estudio establece en su prólogo que "la exposición de la población en general causada por fuentes artificiales de radiaciones de radiofrecuencia y microondas excede hoy día considerablemente la provocada por fuentes naturales". El vertiginoso incremento de estas fuentes de radiación probablemente llegue a producir una contaminación electromagnética. Y que hoy en día ya hay pruebas aunque escasas de los efectos en el hombre debido a exposición aguda, excesiva y accidental. El informe hace hincapié en la radiación por microondas, antenas de radio y TV y en la de radares. Uno de los autores del estudio el Ingeniero Jorge Skvarca, titular del departamento de radiofísica sanitaria del organismo citado manifestó que "...todavía está en discusión cual es el alcance de los efectos de este tipo de radiaciones..". El hombre viene manejando despreocupadamente, el paisaje siempre el mismo, grandes extensiones de campo algunos árboles y más adelante paralela a la ruta, enormes estructuras metálicas unidas entre sí por gruesas líneas negras que cortan el cielo en dos. Al mirar el velocímetro del automóvil vé con sorpresa que la aguja marca una velocidad a la que no está marchando; y que todos los instrumentos electrónicos del automóvil se enloquecen como si fuera un sueño de platillos voladores o el triángulo de las Bermudas, pero basta una mirada a las torres de alta tensión que aparecen a los costados para encontrar una razón lógica al problema. Este hipotético caso, llevó en Francia a los fabricantes de automóviles a colocar un Citröen CX bajo una línea de alta tensión (420Kv) durante 48 hs; resultado: la memoria del sistema de inyección fue afectada. Resulta paradójico, también, que las grandes centrales eléctricas emitan menor radiación que los electrodomésticos que la gente manipula a diario. La respuesta es sencilla: las grandes centrales, poseen los aislantes y blindajes requeridos por las normas internacionales, en tanto que los electrodomésticos vienen protegidos con carcasas plásticas o metálicas de dudosa efectividad. En los electrodomésticos tenemos con más riesgo los que poseen motor eléctrico giratorio, licuadoras, lavarropas, molinillos de café, secadores de pelo y otros. Aunque también emiten radiaciones no ionizantes las pantallas de computadoras, los hornos microondas y los sistemas de comunicaciones, como las antenas de transmisión de canales de TV y radio y los radares de uso civil y militar. Lo cierto es que, mientras no se establezcan cuales son los efectos reales de la contaminación eléctrica, las lavadoras, secadores de pelo, computadoras, estufas de cuarzo permanecerán en capilla y todo electrodoméstico seguirá siendo culpable, hasta que demuestre lo contrario. Existe una teoría que dice que esos campos podrían introducir alteraciones en los pequeños campos electromagnéticos propios del organismo humano. Todavía no se ha demostrado, pero producirían transformaciones en el estado anímico de las personas. Científicos de la Comisión Nacional de Protección Radiológica de Inglaterra, dieron a conocer un estudio que demuestra que la exposición a campos electromagnéticos puede producir una severa pérdida de la memoria. Los experimentos fueron efectuados en 48 ratones, en los que fundamentalmente se registraron fallas en la memoria de corto plazo, además de dificultades para aprender destrezas. En el trabajo se utilizaron solamente campos magnéticos como los que emiten las líneas de energía. Se trata de la primera investigación que revelaría de manera concluyente sus efectos sobre la salud. Resultados que seguramente reavivarán la polémica en torno de los campos magnéticos y sus posibles daños. Los especialistas británicos consideran que las conclusiones del estudio pueden aplicarse a los humanos. Pero al mismo tiempo relativizan su hallazgo: los ratones analizados fueron sometidos a poderosísimos campos magnéticos, que alternaban a 50 ciclos por segundo, y en plazos cortos (45 minutos cada vez).
"EL EFECTO CORONA": Se designa de tal manera al conjunto de fenómenos ligados a la aparición de conductividad de un gas en las inmediaciones de un conductor que transporta alta tensión eléctrica. Conductividad debida al fenómeno de ionización que se pone en evidencia visualmente por la aparición en la superficie de las líneas de alta tensión de descargas luminosas (como penachos luminosos) y bajo la forma de pequeños chasquidos secos. Este efecto forma parte de las pérdidas de energía que se producen en el transporte y provoca ruido radioeléctrico y generación de ozono y de iones, (que no superan los valores establecidos por la ley de residuos peligrosos y su decreto reglamentario).
RESUMEN: En relación con la política a seguir; está normalizado el tema del trazado e instalación de las torres de alta tensión. Ya sea las características técnicas de construcción de las torres, los tipos de cables, la distancia entre los mismos, etc. En tal sentido, la Ley Nº 24065, marco regulatorio de la actividad eléctrica, y su Decreto Reglamentario Nº 1368/92, establecen como Autoridad de Aplicación para las actividades de generación, transporte y distribución de energía eléctrica, a la Secretaría de Energía en general y al E.N.R.E. (Ente Nacional de Regulación Energética) -arts. 11, 16, 50, 54 y 56 Ley 24065-. Por otra parte, por la Resolución Nº 15/92 de la citada Secretaría, se aprueba el Manual de Gestión Ambiental del Sistema de Transporte Eléctrico de Extra Alta Tensión, que es de aplicación obligatoria para las empresas ejecutoras. El E.N.R.E. dictó la Resolución 46/94 que determinó la magnitud de las instalaciones cuya operación y/o construcción requiere la emisión de un certificado que acredite la conveniencia y necesidad pública de dicha construcción, extensión u ampliación. Posteriormente, en junio de 1996, la Resolución 236/96 fijó los criterios procedimentales de protección ambiental a los que debe sujetarse toda construcción, extensión o ampliación de los sistemas de transporte y/o distribución de energía eléctrica, sujetos a jurisdiccional nacional. La jurisdicción local alcanza a la organización administrativa y jurídica dentro de los límites del territorio provincial.
LA POLÉMICA CONTINÚA: Un informe del Instituto Tecnológico de Massachusets (MIT) concluye que " ... los campos magnéticos generados por las líneas de transmisión de energía eléctrica no producen efectos adversos para la salud, en virtud que no se cumple la demostración convincente de la relación causa-efecto". Se desconoce la dimensión real del fenómeno y sus efectos. Las investigaciones no fueron lo suficientemente consistentes para establecer relaciones comprensibles entre los efectos carcinogénicos y biológicos y las líneas de transmisión de energía eléctrica. Conclusión a la que han arribado la OMS (1984 y 1987) el Ministerio de Salud de Australia (1992), el Instituto Nacional de Salud y de Investigaciones Médicas de Francia (1993) y la Junta Nacional de Suecia para la Seguridad en Materia de Electricidad (1994). La Academia de Ciencias de los EE.UU. (1996) en su informe señala que no hay evidencias concluyentes que los campos electromagnéticos jueguen un rol en el desarrollo del cáncer u otras manifestaciones de la salud o del comportamiento en humanos. La Comisión Internacional en Protección de Radiaciones No Ionizantes (IRPA) publica en 1992, un informe donde recomienda una serie de valores. - 5 Kv/m. para campo eléctrico - 100 micro Tesla para campo magnético variable a 50Hz. inferiores a aquellos para los que se han reportado efectos biológicos (OMS, criterios Nros. 35 y 69). Exposiciones máximas para el público en general (24 hrs/día). Sin perjuicio de ello, el "principio de precaución" recomienda que como dentro de la población general pueden encontrarse mujeres "embarazadas", niños pequeños, personas con marcapasos, personas inmunodeprimidas o con problemas cardíacos se utilicen valores inferiores. La aplicación de este principio, debe apoyarse en el de razonabilidad de las medidas a fin de no provocar la innecesaria preocupación de la comunidad ante un fenómeno del que no se tienen resultados concluyentes. De las mediciones realizadas por la Facultad de Ingeniería (UBA) el Laboratorio del Alta Tensión de la UNLP y por la UN de Tucumán resultaron valores inferiores a los recomendados por los organismos internacionales (OMS e IRPA) para los niveles de campos magnéticos y eléctricos: - entre 3,5 a 1,8 Kv/m para campo eléctrico - entre 50 a 35 micro Tesla para campo magnético Debajo de las líneas de 132 Kv los valores no superaron los niveles de campo eléctrico de 2 Kv/m y de campo magnético de 41 micro Tesla y si la medición se realiza a 10 mts de la línea los valores descienden a 0,86 Kv/m y 12 micro Tesla respectivamente. El tendido de las líneas puede ser subterráneo o aéreo. Para el caso del cableado subterráneo existen diferentes técnicas pero todas tienen en común su alto costo, sus pérdidas y su elevada resistencia térmica. Además, los costos de la ingeniería civil y de instalación son mayores que las líneas aéreas. Por otra parte, no se reduce la intensidad del campo magnético y sólo se anulan los campos eléctricos a nivel de suelo. Recomendación 1) Adopción de medidas de precaución en una franja de 30 mts a partir del eje de la línea de alta tensión de 132 Kv en zonas urbanas. 2) Formación de un grupo de trabajo interdisciplinario a fin de adoptar criterios de confiabilidad eléctrica y de seguridad pública sustentados en resultados inobjetables. 3) Nuevo diseño técnico e instalación segura de los transformadores o subtransformadores y de las torres de alta tensión.
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